INSTRUCCIÓN:
A PARTIR DE LA INFORMACIÓN DESARROLLA UNA SINTESIS
DEL CONTENIDO DE ESTE DOCUMENTO Y UN MAPA CONCEPTUAL DE LO QUE
CONSIDERES MÁS RELEVANTE DEL TEMA, ES MUY IMPORTANTE QUE DES TU PUNTO DE
VISTA Y OPINIÓN PERSONAL DE LO QUE HAYAS CAPTADO DEL CONTENIDO DEL TEXTO DE
POR LO MENOS una CUARTILLA DE EXTENSIÓN.
I. SISTEMAS NATURALES Y BIODIVERSIDAD EN MÉXICO
1. Los sistemas naturales en México
La
vegetación natural, como expresión sintética de todos los factores
ambientales, se ha desarrollado en México bajo casi todas las formas
posibles, desde las selvas perennifolias de los Chimalapas o de la
Lacandonia, que reciben entre dos y cinco mil mm de precipitación anual,
hasta los desiertos de Sonora y Baja California, que figuran entre los más
áridos del mundo.
El país
está dividido en dos grandes regiones con características muy contrastantes:
la región Neártica (templada) y la Neotropical. Ambas regiones presentan
ambientes secos y húmedos. En la templada los ambientes secos son zonas
áridas y los húmedos bosques y pastizales. En la región tropical los
ambientes secos están representados por las selvas secas y los matorrales
espinosos, y los ambientes húmedos por las selvas altas y medianas
perennifolias.
En su
condición original, las selvas tropicales húmedas se presentaban a partir de
Tamaulipas y San Luis Potosí, descendían por la vertiente del Golfo y se
extendían hasta el extremo sur de la costa del Pacífico y la frontera con
Guatemala. La vegetación tropical en México se ha adaptado a los diversos
regímenes pluviales y sustratos edáficos para dar origen a los bosques
tropicales subperennifolios, a las sabanas, las selvas caducifolias y a las selvas bajas
espinosas.
A partir
de niveles inferiores de precipitación aparece la vegetación xerófita, que
puede alcanzar puntos extraordinarios de diversidad, como sucede en el Valle
de Tehuacán-Cuicatlán, entre Puebla y Oaxaca.
Condiciones
específicas de topografía, latitud y vientos oceánicos determinan la
existencia de bosques mesófilos en la ceja de las sierras expuestas a la
influencia del Golfo de México o del Océano Pacífico, o bien, de grandes
macizos de bosques de coníferas o encinos, que cubren las partes altas de las
montañas y del altiplano. En las partes más elevadas, los zacatonales o
páramos y las nieves perennes coronan las cumbres del Eje Neovolcánico.
Los
hábitats acuáticos y costeros completan la extraordinaria riqueza ecológica
del país. Arrecifes, lagunas, pantanos y manglares configuran complicados
sistemas ribereños, que no sólo constituyen los ambientes de mayor
productividad biológica, sino que vierten además importantes volúmenes de
nutrientes a los océanos, dando lugar a diversas cadenas tróficas marinas.
Tipos de Vegetación Potencial
La contigüidad con dos grandes
masas oceánicas, la ubicación en la confluencia de dos grandes regiones
biogeográficas, la neártica y la neotropical, así como la variedad y
complejidad de su topografía confieren al territorio mexicano una
extraordinaria diversidad biológica y ecosistémica.
2. La biodiversidad en México
¿Qué es
biodiversidad?
México figura entre los 12 países considerados
como de megadiversidad biológica.
Endemismo en plantas
México: Riqueza de especies* por tipo de
vegetación
Fuente: Flores y Gerez, 1994.
* Anfibios, reptiles, aves y
mamíferos. ** Especies endémicas restringidas al tipo de vegetación.
México ocupa el segundo lugar,
en cuanto a los mamíferos. A nivel mundial, México es el país con mayor
diversidad y mayor número de endemismos en reptiles.
Con apenas
el 1.4% de la superficie terrestre planetaria, México posee cerca del 10% del
total de especies conocidas en el mundo. Nuestro país destaca además por sus
endemismos, es decir, por la presencia de organismos que no existen en ningún
otro país. Considerando tan sólo la flora, el porcentaje de endemismos oscila
entre el 44 y el 63%, mientras que para los vertebrados, la proporción es del
30% en promedio.
3.
Ecosistemas costeros y recursos marinos
Las zonas costeras mexicanas
constituyen una extensa área con grandes posibilidades de aprovechamiento
sustentable derivadas de la riqueza biótica de sus aguas y de sus variados ecosistemas
lagunares y costeros, tan complejos como frágiles.
Zona costera y marítima mexicana
Fuente: Toledo, Alejandro.
1995. Programa de planificación y manejo de los recursos costeros de México.
Tanto en
las zonas costeras del Golfo de México y el Caribe como en las del Pacífico
norte, centro y sur existen diversos ecosistemas, que por razones de
diferente índole (que tienen que ver con nuestras tradiciones académicas e
institucionales), se conocen mucho menos que los terrestres. Entre éstos
destacan:
-los
sistemas arrecifales constituidos por asociaciones simbióticas de diversos
organismos, y que representan los ecosistemas más diversos y productivos de
las zonas marinas;
-la
vegetación marina del litoral, conformada principalmente por algas que crecen
sobre rocas en la franja afectada por los distintos regímenes de mareas;
-los
manglares, humedales y marismas que se hallan principalmente en las orillas
de las lagunas costeras, las bahías protegidas y desembocaduras de ríos, con
aportes de aguas marinas creando exuberantes ecosistemas, especialmente de
mangle rojo de hasta 25 metros de altura;
-el popal,
que cubre grandes extensiones pantanosas y aguas poco profundas del sur de
Veracruz y Tabasco. Consiste generalmente en una asociación de hidrófitas
frecuentemente acompañadas de tulares;
-el tular
y el carrizal, que crecen en ambientes lacustres o en las orillas de los ríos
con fondos fangosos y aguas tranquilas; es común encontrarlos en pantanos y
sus tallos se utilizan en la confección artesanal de petates, cestos,
juguetes y diversos utensilios;
-la
vegetación flotante, constituida por diversas especies que sobrenadan
libremente, como la lechuga de agua, mientras que otras se arraigan en el
fondo y dejan flotar sus hojas y flores;
-la
vegetación sumergida, que se integra con plantas que pueden estar arraigadas
o no en el fondo, pero que normalmente se mantienen bajo la superficie;
-el bosque
de galería o vegetación riparia que comprende las agrupaciones de árboles que
crecen en los márgenes o bordos de ríos.
-Otros
ambientes asociados con zonas inundables incluyen la selva baja, el palmar,
el matorral espinoso y las dunas costeras.
Debe
destacarse la presencia en las aguas litorales de México, de poblaciones
sumamente importantes de mamíferos marinos que poseen un alto significado
ecológico y simbólico.
Poblaciones de mamíferos marinos en México
Fuente: Instituto Nacional de
Pesca, 1994.
4.
Funciones ecológicas de los ecosistemas
La riqueza ecológica de la
nación ofrece funciones vitales que pueden identificarse como una corriente
de bienes y servicios ambientales, entre los que se incluyen los siguientes:
*
hábitat para especies de flora y fauna
*
regulación en la composición química de la atmósfera
*
regulación del clima
*
protección de cuencas
*
captación, transporte y saneamiento de aguas, tanto superficiales como
subterráneas
*
protección de costas
*
protección contra la erosión y control de sedimentación
*
generación de biomasa y de nutrientes para actividades productivas
*
control biológico de plagas y enfermedades
*
mantenimiento de la diversidad de especies y del patrimonio genético de la
nación
*
provisión directa de recursos y materias primas
*
oportunidades para la recreación y el turismo
*
soporte de valores escénicos y paisajísticos
*
campo para la investigación científica y tecnológica
*
continuidad de procesos evolutivos
5. El desarrollo sustentable y la conservación
En su
conjunto, el mosaico de ecosistemas representa la base natural de la economía
nacional, y un recurso que los mexicanos necesitan preservar, tanto por su
significación económica, actual y futura, como por el valor que representa la
naturaleza en sí misma. Su manejo no debe transgredir las reglas que rigen su
funcionamiento, por lo cual, se deben definir ciertos umbrales de
perturbación, más allá de los cuales se compromete la capacidad de
autorregulación de los ecosistemas. El respeto a estos umbrales de
perturbación se traduce en criterios de conservación y uso sustentable del
territorio y de sus recursos.
Desde una
perspectiva estrictamente económica, los ecosistemas y sus recursos se pueden
conceptualizar como “capital ecológico”, para ubicarlos en la lógica de la
producción y del consumo. El concepto de capital ecológico puede facilitar la
adopción de nuevas relaciones institucionales y prácticas entre el aparato
productivo y el medio ambiente. Una vez situada en este contexto, la
conservación de los ecosistemas queda eslabonada con el principio del
desarrollo sustentable ya que la noción de capital natural implica legar un
acervo de recursos naturales igual o mayor a las generaciones futuras.
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